
Escribir un libro es un trabajo largo y árduo pero también es un proceso creativo muy emocionante y enriquecedor. Después de meses de trabajo, cuando llega el día que terminas el manuscrito, es un día increíble. Así que, si sueñas con escribir un libro, aquí te comparto 10 tips que me sirvieron para terminar mi primer libro, ¡Hasta mi mama!. Espero que te sirvan para llevar tu idea a un libro lleno de hermosas historias. Cuando lo termines, ¡me encantaría saber! Así podemos celebrar en conjunto ese gran éxito.
Es un proceso muy personal
Cuando comencé a escribir mi libro "Hasta mi mamá", subestimé lo personal e íntimo que es el proceso de escritura. Es un proceso que requiere de harta instrospección y, a veces, incluso tomarse unos días de descanso emocional. No solo escribir es difícil si no que harto de lo que influye es una lucha silenciosa que se lleva internamente. Empiezan a surgir el síndrome del impostor (“¡a quien engaño! Todo lo que escribo es pésimo”), pánico escénico (“¿qué voy a decir si me quieren entrevistar?”) y miedo al fracaso (“¡nadie va a comprar mi libro!). ¿Les ha pasado? Ufff a mi muchísimo.
Para manejar esos miedos, yo uso la técnica de “la Monse del futuro”. Esto consiste en identificar las cosas de las que debería preocuparme hoy y las cosas que realmente son problemas para más adelante. Por ejemplo, si bien lo que escriba hoy puede ser malo, será trabajo de la Monse del futuro arreglarlo lo más posible. Para el pánico escenico, será problema de la Monse del futuro prepararse para responder preguntas durante entrevistas y será problema para la Monse de unos 2 o 3 años lograr que más personas compren en libro. Ninguno de esos miedos es algo de lo que debo preocuparme hoy y que me distraiga de escribir. El único foco de la Monse del presente es escribir, escribir y escribir.
2. Anota tus ideas
Probablemente se te han ocurrido un sin fín de ideas para tu libro. La gran mayoría no serán muy buenas, varias serán interesantes y unas pocas te inspiran de inmediato. Eso es normal. De hecho, grandes artistas como Taylor Swift han hablado sobre la inumerable cantidad de ideas que se les ocurren antes de elegir las pocas que irán en su siguiente albúm.
Lo importante es que lleves un registro de todas esas ideas. Puede ser algo tan simple como en un cuaderno o un documento word. Así llevarás un registro de tu proceso creativo y podrás revisar tus ideas para explorar cuál podría ser la idea ganadora. También te servirá para descongestionar tus pensamientos ya que no tendrás que recordar tus idea si no que quedarán escritas.
Personalmente, una vez que anoto una idea, la dejo de lado por algunos días o incluso semanas. La mayoría de esas ideas rápidamente mi mente las empieza a dejar de lado y sigo con mi vida… pero a veces hay una que persiste. Pase lo que pase, sigo pensando en cómo será ese libro, cómo lo estructuraria y cuál sería el título. Las ideas que pasan esta prueba son las que más atesoro como potenciales libros.
3. Elige una idea que te encante
Relacionado al punto anterior, para decidir qué idea comenzar a desarrollar, puede ser que te pongas a buscar aquella con mayor potencial comercial o la más relevante para el contexto actual. Si bien estos criterios son necesarios, aún más importante es que elijas aquel concepto que sea emocionante e interesante para ti. Pasarás a lo menos tres años de tu vida dedicados a tu libro por lo que tiene que ser una idea que te permita mantener la motivación durante ese tiempo. Además, obtendrás un mejor resultado ya que toda tu dedicación estará invertida en lograr el mejor libro posible.
Comparto esto por experiencia propia. Antes, me enfocaba en buscar conceptos que fueran atractivos o innovadores pero al escribirlas, no funcionaban. Era como tratar de ponerme la ropa de otra persona; puede ser que se viera bonito pero como no me queda cómodo, no me sentía bien. En cambio, cuando decidí escribir la idea que a mi más me interesaba, pude mantener el ritmo de trabajo y terminer el manuscrito. Ese es el libro que publicaré este año, ¡Hasta mi mamá!.
4. Lee libros similares
Una vez que hayas eligido la idea del libro que quieres escribir, lee libros que tengan una temática, estructura o concepto similar. ¿Qué largo tienen? ¿Qué elementos te parecen interesates? ¿Cuál es la estructura del libro? Todo esto te servirá para generar nuevas ideas para tu libro y aprender de otras personas que hayan escrito libros similares.
En mi caso, mi libro incluye testimonios sobre violencia de género por lo que leí 5 libros de testimonios sobre otros temas y dos relacionado a género. Uno de los aspectos que esto me ayudó a definir fue si incluir o no, al comienzo de cada testimonio, un breve texto mio para dar contexto. Uno de los libros incluía este tipo de textos pero, al leer los testimonios presentados de esta manera, la voz de la escritora se sentía como una irrumpción de la experiencia íntima que es leer un testimonio. Por eso, cuando puedan leer el libro, verán que opté por publicar los testimonios por si solos, dejándo que cada mujer cuente su historia por si misma.
De igual manera para tu libro, habrán ideas que te parezcan muy bueas pero al leerlas en otros libros, podrás saber si funcionan o no. También, en otros libros encontrarás ideas que nunca habías considerado. Todo esto ayudará a que tu libro sea lo mejor que posible.
5. Conversa con personas que han publicado
No reinventes la rueda, ese es el lema. Si tienes la posibilidad, reúnete con personas que hayan publicado para aprender de su experiencia. Te pueden dar buenos consejos sobre cómo planificar tu libro, qué técnicas usar para mantener el foco o recomendarte una persona que realice la edición ortotipográfica del manuscrito que enviarás a las editoriales.
Si no conoces a nadie del mundo literario, no te preocupes, yo tampoco conocía a nadie. Lo que hice fue contactar a escritoras, periodistas y personas del mundo editorial a través de redes sociales o e-mail. Para mi sorpresa, varias personas tuvieron la amabilidad y generosidad de dedicar un poco de su tiempo para compartir su experiencia y consejos. Conversé con Daniela Viviani, autora de Un final llamado Inés; June García, autora de la saga El mundo de Lulú; María Paz Rodríguez, autora de Niñas ricas; Helena Dea Bala, autora de Craigslist Confessional, por su guía y apoyo. También pude conversar con Benjamín Miranda, periodista de Ciper Chile y con la editora Andrea Uribe. Estas conversaciones fueron invaluables para ir entendiendo mejor cómo estructurar mi libro y publicarlo.
6. Desarrolla un plan
No comiences a escribir sin antes haber planificado. Sin un plan, irás creando el universo de tu libro a medida que avances. Inevitablemente, los personajes e historia que escribas al principio no serán los mismos que aquello que escribas al final. Esto te obligará a hacer revisiones bastante profundas o incluso, reescribir gran parte de tu libro. En cambio, si desarrollas un plan, podrás escribir de manera más enfocada y precisa desde un comienzo. No es necesario que tengas todos los detalles resueltos pero al menos un plan que te permita crear un buen primer borrador.
Para planificar tu libro de ficción, piensa cuál es la trama de tu historia, cuáles son los temas centrales y cómo será la estructura. También desarrolla cómo serán tus personajes, cuáles son sus motivaciones, cómo se visten y cómo hablan. Para no-ficción, deberías pensar en la metodología que usarás (fuentes académicas, entrevistas, trabajo en terreno, etc.), qué consideraciones éticas necesitas abordar y cuál es tu argumento o mensaje central. Mientras mejor definas tu libro, mejor lo podrán representar cuando comiences a escribir.
Para desarrollar tu plan, puedes usar plataformas como Scrivener o LivingWriter que están especialmente diseñadas para ordenar todas las facetas de tu libro. Pero tampoco es un impedimento no tenerlas. Para organizar mi primer libro “Hasta mi mamá”, usé Google Drive y me ha funcionado super bien. Depende de lo que sea mejor para ti y tu proyecto.
7. Crea un buen espacio de trabajo
Todas las personas tenemos preferencias distintas para lograr un buen espacio de trabajo. Algunas personas prefieren trabajar con música mientras que otras encontrarían imposible trabajar en esas condiciones; algunas son muy productivas trabajando en su casa mientras que otras solo pueden enfocarse en una biblioteca. Por eso, es importante que pienses en qué te acomoda a ti y te rodees de que te motive a escribir.
En mi caso, extrañamente prefiero trabajar sabiendo que habrán algunas interrupciones que me obliguen a ponerme de pie. Por ejemplo, siempre trabajo con el computador desconectado del cargador. Así, sé que cuando me quede poca batería, me voy a tener que levantar a enchufar el computador, momento en que aprovecho para elongar, tomar agua o prepararme un snack. Esos descansos ayudan a evitar que me duela el cuerpo al pasar tanto tiempo sentada. Sé que es algo inusual pero para mí funciona. De la misma manera, tu espacio de trabajo funcionará de la mejor manera para ti y tu libro.
8. Establece una rutina
El almuerzo, una nueva película o un familiar de visita… las distracciones que nos previenen escribir abundan. Por eso, a penas comiences a escribir tu nuevo proyecto, define una rutina de trabajo, ya sea algunas horas todos los días o días dedicados completos a eso. Esto te ayudará a mantener un ritmo de trabajo estable y evitará que tengas periodos extensos en que no puedas avanzar. A veces esas lagunas pueden darnos el tiempo necesario para resolver un problema con la trama o encontrar una nueva manera de enfocar a un persona pero, si son muy extensas y sin un propósito, corres el riesgo de olvidar detalles importantes, perder el hilo de la trama o definitamente la motivación. Al definir una rutina, tu mente y cuerpo se irán acostumbrando a generar ideas para llegar lista a planificar, escribir o editar. Dentro de poco, tendrás listo el primer borrador.
9. Ideas pendientes
Este es el tip que más me ha ayudado, no solo con mi libro sino con informes de trabajo o investigaciones para mis estudios. Cada vez que te sientes a escribir, anota las ideas que quieres desarrollar ese día. Cuando termines, asegúrate de siempre dejar al menos 1 idea pendiente. Así, al día siguiente ya tendrás lista una idea con la que comenzar esa sesión de trabajo. Esta estrategia evitará que te quedes en blanco frente a una página vacia.
Para sacarle el mejor provecho a este tip, marca las ideas pendientes para reconocerlas inmediatamente al día siguiente. Yo uso el destacador de word para marcar en amarillo todo lo que tengo pendiente y en verde las ideas que quiero retomar apenas comience la siguiente sesión de trabajo.
10. Date una razón para terminar
En la etapa de planificación, dedica un poco de tiempo para identificar al menos 1 razón concreta que fije un plazo para terminar tu proyecto. Por ejemplo, si tienes planificadas unas vacaciones o tienes pensado cambiarte de trabajo en algunos meses, esa podría ser una buena fecha para ponerte como meta terminar el primer borrador. Tener claridad de esa fecha te ayudará a mantener el foco y podrás ir ajustando tu ritmo de trabajo para finalizar a tiempo. También, el saber que tendrás un manuscrito completo en 6 u 8 meses, será muchísimo más motivante que escribir sin saber cuándo podrás ver el fruto de tu arduo trabajo. Esto reducirá la posibilidad de que pase tanto tiempo que te aburras y dejes tu libro de lado.
En mi caso, encontré un concurso literario al que quería postular, el cual cerraba postulaciones ocho meses después del día que comencé a trabajar en mi libro. En base a esa fecha, planifiqué todo el proceso para terminar el libro a tiempo. Eso me mantuvo super motivada con una fecha clara para terminar mi libro.
¿Qué otros tips tienes para escribir y terminar un libro? ¿Qué te ha servido más a ti? Me encantaría aprender de tu proceso :) Puedes compartir en los comentarios de este blog o en Instagram.
En el próximo blog les compartiré un poco sobre un artículo que publiqué hace algun tiempo sobre la asignación de mujeres el gabinete en Chile. Junto con Alejandra Zuleta encontramos que aún en los gobiernos con mayor número de mujeres ministras, el 20% de ellas son reemplazadas eventualmente reemplazadas por ministros hombres.
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